En el mundo de Alatea, la magia tiene sus propias reglas… Muy pocos consiguen el Gorro Estrellado. Muy pocos logran ser admitidos en la Torre Noctívaga. Los Magos Errantes vagan por todo el Reino haciéndose cargo de las Escuelas de Enseñanzas Sencillas de las distintas poblaciones. Solo puede haber un mago en cada región. En la tranquila aldea de Alborada, sin embargo, han llegado a juntarse dos. Un hecho insólito y que podría significar algo terrible… En estas extrañas circunstancias llega a la aldea Locuaz, un joven avispado y ansioso por aprender. Locuaz tiene un talento especial para la magia; no hay conjuro que se le resista. Su único problema es que de sus labios no puede salir el más leve sonido. Ni una sola palabra.