Pese a su juventud, la valentía y arrojo de Asbaros Mistraquiis le ha permitido destacar como capitán en La Marina de Efímera. Tras su último éxito va a recibir un ascenso muy esperado: comandar un buque de línea. Pero justo antes de que su nombramiento se haga efectivo un horror viviente atraca en el puerto. La ciudad está en peligro, y recurre a su joven promesa para hallar una solución. A bordo de una galera modificada, y en una misión casi suicida, Mistraquiis zarpa rumbo a lo desconocido, hacia una pesadilla con una capacidad de destrucción nunca antes vista. Mistraquiis se halla al mando de una extraña tripulación que le ha sido impuesta, formada por representantes de varias facciones antagónicas: distorsionadores de La Universidad, prelanes de La Catedral expertos en carnofactura, miembros de La Liga de patronos y relojeros de El Campanario, maestros en la distorsión del ritmo de La Canción. De la habilidad de Mistraquiis depende no sólo detener la amenaza que pende sobre la ciudad, sino lograr que una tripulación dotada de poderes que escapan a su comprensión colabore entre sí.