Mucho ha sucedido en las Españas desde que don Juan de Austria se convirtiera en nuestro rey tras la trágica y sorprendente muerte de Su Majestad Felipe II. Incontables acontecimientos han tenido lugar en el Imperio desde entonces. Un Imperio que pese a las intrigas papistas de Roma, las ambiciones del Turco en el Este o las radicales aspiraciones de los colonos de Nueva Borgoña, se ha mantenido firme y estable durante estos cinco siglos.
Todo eso es, por supuesto, de conocimiento público. Pero otras cosas no lo son tanto. Todo Imperio está poblado de luces y sombras y es allí, en las sombras, donde nuestros atrevidos cronistas osan explorar sin temor para mostrarnos la parte más oculta y sombría de nuestra historia.
Acompáñanos, amable lector, a lo largo de estas Crónicas de Tinieblas, explora con nosotros un pasado que quizá desconocías pero que, te lo aseguramos, no es menos cierto que aquel del que ya tenías noticia.
Una antología de relatos coordinada por Eduardo Vaquerizo en la que varios autores utilizan el escenario de "Danza de tinieblas" para sus propias creaciones. Hay relatos de Santiago Eximeno, Ramón Muñoz, Sofía Rhei y Cristina Jurado, entre otros.
Crónicas de Tinieblas es una ampliación del universo del mismo título creado por Eduardo Vaquerizo en sus novelas Danza de tinieblas y Memoria de tinieblas. Una ucronía donde Felipe II muere en vísperas de la batalla de Lepanto y su hermano Juan de Austria, que vuelve victorioso de la guerra, ocupa el trono. Lo cual da como resultado un siglo XX alternativo, muy distinto al que tenemos, con España dirigiendo su imperio donde no se pone el sol. Esta antología es una participación de autores españoles en este universo, cada uno añadiendo su punto de vista. Los relatos que componen esta antología son:
In tenebris de Santiago Eximeno: la historia de María, una joven que tiene que cuidar de su madre, gravemente enferma, caminar a la escuela del pueblo de al lado. Pero quizás tenga la manera de salvar a su madre.
Stultifera navis de Alfredo Álamo: se hace llamar a un jurat, una especie de James Bond, de Toledo a Valencia para encargarle una misión importantísima. Tiene que viajar a la Nave de los Locos y traer de vuelta a un médico que está atrapado. Me ha encantado el relato, me ha gustado mucho como describe la nave haciéndome recordar un barco similar que salía en Snowcrash.
La voluntad del pueblo de Josué Ramos: un sindicato de jornaleros en tierra de Jerez busca acciones que lé consiga la paz social. La llegada de un miembro de Madrid hace que esas acciones se empiecen a radicalizar.
Malasaña de Juan Carlos Herreros Lucas: Manuela, lavandera en la secretaría del interior, intenta sobrevivir dedicándose a su trabajo. Cuando encuentra un panfleto en una camisa, que la va a llevar a un mitin anarcolista.
La máquina de las tinieblas de Joseph Remesar: científico americano llega a Madrid a presentar su último invento a el rey. Tiene por delante un fin de semana antes de eso, pero es secuestrado... un relato con muchos fallos ortográficos, un poco trillado qué no se termina de entender.
Canción de cuna para un fableghast de Víctor Conde: Francisco de Azpilicueta, comendador es reclamado por el rey para que consiga que la reina quede embarazada, después de investigar su única solución es acudir a una bruja gitana.
Mentes de tinieblas de Fernando Ángel Moreno y Gabriel Díaz: un agente de El Vaticano consigue llegar hasta la máquina de inteligencia artificial española para proponerle algo. Un relato bonito, puro steampunk.
De lobos y desiertos de Ludo Bermejo: una ponencia especial en la universidad, acudirá el príncipe y la ponente es una reputada periodista.
Victoria de la Habana de Chus Álvarez: un ingeniero emigra de Madrid a La Habana para montar una fábrica. Confía en que su nuevo hogar sea más tranquilo que el anterior, pero se equivoca...
En el jardín colgante de Ramón Muñoz: una historia muy corta sobre un juego cruel de una cacería humana. No está nada pero que nada mal.
El virrey, el relojero y el correveidile de Pedro López Manzano: un agente del imperio español acude a Tenochtitlán a investigar la muerte del consejero económico del virrey, en una taberna de mala muerte.
El orden de la trama de Sofía Rhei: Alessandro Volta y Francisco de Goya son amigos e inventores. Goya por las mañanas trabaja en la Real Fábrica de Tapices. Un día los hace llamar la marquesa de Osuna, parece que alguien ha mutilado un cuadro muy querido por ella.
Cerco de tinieblas de Raúl Montes de Oca: un asalto a Canarias por parte de los turcos unidos a los ingleses.
Antonio Benjumea de Cristina Jurado: Antonio Benjumea, hijo del afamado arquitecto Rogelio Benjumea, vuelve de viaje con su nueva mujer a una Sevilla ucrónica... Magnífico.
Nobleza obliga de Josemi de Alonso: un grande de España es acusado de violación por una chica, esos problemas se solucionan con duelos, así que la chica y su madre contratan un espadachín para que participe en el duelo.
Piedras de Eduardo Vaquerizo: un relator, un hombre que recorre los pueblos contando las noticias, y su hijo encuentran cuando están solos en una paramo la fortaleza de un noble inventor.
Le tenía muchas ganas a esta antología, las novelas originales me gustaron mucho y tenía ganas de más, pero me he encontrado muchos relatos que no aportan nada a esta gran historia, relatos que sinceramente sobran. Cansinos y repetitivos, sin ganas de ofender a los autores, el tema de los anarcolistas se repite demasiado y llega a ser pesado. Sobre todo porque no aporta nada.
Los relatos que más me han gustado son Stultifera navis, Mentes de tinieblas, En el jardín colgante y sobre todo Antonio Benjumea, un auténtico relato ucrónico, donde Cristina Jurado inventa su propio argot de una Sevilla inexistente, lo dicho ese relato me ha encantado. Pero esperaba mucho más, muchísimo más, creo que había sitio para historias geniales y se queda en un libro muy light, que me ha costado horrores terminar.
02/12/2014