Moscú, Siglo XXII: Savely Gertz trabaja como periodista en Lo más, un importante semanal moscovita. El dinero ha dejado de ser un problema: Rusia ha alquilado Siberia a los chinos y la población vive de las rentas.
Pero lo más extraño es que Moscú ha sido invadida por hierba gigante. Cada tallo tiene unos 300 metros de longitud. Es imposible cortarlos o arrancarlos: vuelven a crecer al momento. Lo que es más, la pulpa de la hierba es un poderoso psicoestimulante que provoca la alegría más pura, y no parece tener efectos secundarios. Así que existe una perfecta convivencia entre los seres humanos y la hierba invasora... hasta que algunas personas comienzan a desaparecer...