La ciudad se extiende en una franja limitada al este con un muro que cubre el horizonte y al oeste con un abismo insondable. Nadie sabe desde cuando existe y sus habitantes, procedentes de distintas épocas y culturas, han resucitado en ella después de morir. Al sur se hallan los cultivos que la alimentan y al norte los yermos que, según cuentan, ocultan la anticiudad. Cargada de simbolismo, Ciudad maldita no pudo ver la luz hasta la llegada de la perestroika. En esta obra, los hermanos Strugatsky reflexionan sobre la aplicación de los experimentos sociales sobre el individuo, a la par que satirizan sobre la estructura misma del sistema impuesto.