Simak narra -desde el punto de vista perruno- los últimos años de la epopeya humana. Los hombres han desaparecido, pero los perros se reúnen en las noches de invierno y, rodeados de sus cachorros, cuentan sus historias. Hay ironía, ternura y melancolía en estas historias... El lector lee en ellas el obituario de su raza, y advierte al mismo tiempo que, para la mente de un ser capaz de crear otra civilización, los hombres son criaturas casi inimaginables...
Todo un clásico. Simak, por algún extraño motivo, no ha conseguido entrar en el limbo de los maestros de la CiFi. Sin embargo sus "Ciudad" y "Estación de Transito" son textos imprescindibles.
08/11/2012