La abuela-Äggma dijo a toda la familia que nadie regresara a la cueva de las lágrimas hasta que hubiéramos superado el dolor en nuestros estómagos. Que no desenterraríamos el cuerpo cubierto en sal del abuelo-Ölbö hasta que no desapareciera en nosotros la punzante sensación de pérdida que había causado su muerte.
El cazador ha muerto. Su familia, consternada por su temerario enfrentamiento en solitario contra el dios deambulante, intenta encontrar consuelo en las historias, secretos y recuerdos que ha dejado el cazador, desenterrando relatos para arrojar luz y esperanza ante un duelo que les consume.
Y en la oscuridad de la cueva de las lágrimas, Älma, la nieta del cazador, comienza a contar una historia. Iluminada por un fuego nunca antes presenciado por el valle de la sal ni por el dios deambulante. Esta es una novela fragmentada-colectiva inspirada en la prehistoria paleolítica, en el ensayo La teoría de la bolsa de la ficción de Ursula K. Le Guin, y en la vital importancia de encontrar y contar nuevas historias.