Alan Smithee no quiere tener hijos y para evitarlo es capaz de provocar el apocalipsis.
Esta es la historia del día del fin del mundo contada por el propio Smithee. Sin mentiras ni omisiones. La verdad sin pelos en la lengua. Y es que, además de escritor pulp de dudoso éxito, es esa clase de tipo que suele decir cosas como: «Yo no soy racista, pero…» o: «Yo no soy machista, pero…». Mezquino, cobarde y conspiranoico, se verá mezclado con organizaciones criminales dedicadas al tráfico de animales fantásticos y con agencias gubernamentales secretas. Vivirá delirantes persecuciones, secuestros, golpes bajos, tiroteos y explosiones. Descubrirá que los monstruos existen y comprará un perrito muy mono a precio de ganga.
Si todo depende de Alan Smithee, el mundo está condenado.