El cuerpo de Erika Fork aparece cerca de su lugar de trabajo, el instituto Hans Berger, pionero en tecnología cerebro-ordenador. Su especialidad era el desarrollo de mnemos: dispositivos que leen, graban y recrean los impulsos eléctricos cerebrales, y permiten revivir completamente eventos pasados.
El mnemo de Erika no se ha encontrado junto a su cuerpo y no existe una explicación razonable para esa desaparición. Thomas Fork, que se niega a aceptar el suicidio de su mujer, buscará ese mnemo en el mercado negro, convencido de que contiene la clave de su muerte y, al hacerlo, se embarcará en una empresa que sacudirá buena parte de sus convicciones personales.