En las entrañas del Pico de las Tormentas, Utuk ku, reina de las nornas, teje la tela de los terribles acontecimientos que asolan Osten Ard y preparan el advenimiento de Ineluki. Las argucias y los hilos de la política en la sociedad humana son meras bazas que los poderes ocultos utilizan en su provecho. Las victorias en el campo de batalla, los descubrimientos, el pasado más remoto convertido en realidad presente..., todo contribuye al avance del invierno glacial; incluso las buenas intenciones y la sabiduría más profunda se vuelven contra los que aún creen en los paladines de la paz y la justicia... y contra los propios paladines. La reaparición de los fabulosos sitha, en cumplimiento de un compromiso legendario, hace enloquecer a aristócratas y villanos y causa asombro y terror entre los mismos pueblos con quienes se alían en el preámbulo del enfrentamiento definitivo entre fuerzas incomprensibles para la mente humana. El nido de ghants, una vertiginosa espiral sin fin de sombras y barro, cuyo suelo hecho de carroña succiona como arenas movedizas, es el habitáculo de una especie de homínidos quitinosos y chirriantes, propios de los marjales del Wran, que sufren un trastorno repentido de su primitiva mente animal. En ese laberinto de pesadilla deben internarse Miriamele y sus compañeros en su accidentado camino hacia la Roca del Adiós, donde Josua les aguarda junto con los cada vez más escasos miembros de la Liga del Pergamino, para la celebración del Raed que ha de precipitar la toma de una serie de drásticas decisiones.