El sargento Rivas se enfrentaba a un hecho muy poco frecuente, que la mayoría de los policías nunca habían visto: un crimen.
Desde que se instauró la terapia anti-delito, la tasa de delincuencia había descendido en picado. A los malhechores no se les ingresa en prisión, sino que se les somete a un tratamiento farmacológico que bloquea los impulsos agresivos o anti-sociales.
Algunos condenan la terapia. Otros quieren que se aplique a todos los ciudadanos y no solo a los delincuentes.
Y en ese momento, comienza a actuar un asesino en serie. El sargento Rivas, en su empeño por atraparlo, va a descubrir muchas cosas sobre la terapia anti-delito.