Cassandra Palmer puede ver el futuro y comunicarse con los espíritus, dones que la hacen atractiva para los muertos y no-muertos. Los fantasmas de los muertos no son generalmente peligrosos; tan sólo quieren hablar mucho. Los no-muertos son otra historia.Como chica sensata que es, Cassie intenta evitar a los vampiros. Pero cuando el mafioso chupasangre del que escapó tres años atrás la busca de nuevo con intención de vengarse, no le queda más remedio que acudir al Senado en busca de protección. Los senadores no-muertos no van a ayudarla bajo ningún concepto y Cassie se ve trabajando con uno de sus miembros más poderosos, un maestro vampiro, peligrosamente seductor, que exige un precio mucho mayor de lo que Cassie está dispuesta a pagar