Máquinas de acción perfecta es una novela experimental, una obra utópica abstracta sobre la identidad, la voluptuosidad y los sistemas de pensamiento probables en un futuro atravesado por los horrores de recurrentes crisis sociales y medioambientales.

Una criatura anónima, o quizá con demasiados nombres, que se refiere a sí misma con todos aquellos nombres de los que se apropia, nace en una porción del mundo en la que el tiempo se ha detenido. Aquí cada día es exactamente el mismo desde ya nadie recuerda cuándo. La poca humanidad restante en esta ciudad reducida a un solo barrio se encuentra al borde de la extinción después de que la mayoría de hombres y mujeres en ella tratasen de salvarse de los males del día idéntico huyendo a las afueras para hibridar radicalmente con plantas y animales, dando así lugar a novísimas flora y fauna.

En el barrio gótico atrapado en un 14 de abril perpetuo, el ser que hace las veces de narrador en absoluto fiable desplegará su aparataje sensorial, sus capacidades poéticas y su raciocinio transhumanista tanto para tratar de explicarnos el lugar y el momento como para explicarse a sí mismo, forjar vínculos sensuales y comunicativos con el entorno y sus coetáneos y fugarse él también, a su manera, de la condena a la repetición temporal.

Baja fantasía