Hace 14 años que Jana se marchó a las estrellas. Cada aniversario de su partida salgo al jardín y enciendo una vela, recordando el último abrazo, a pocos pasos del transbordador, su corazón latiendo junto al mío, su aroma a lavanda, los tirabuzones de su pelo haciendo cosquillas en mis mejillas. «No te olvidaré», susurró en mi oído. Y se fue.
Ahora, la Federación Espacial ha venido a solicitar mi ayuda, porque ha desaparecido en Jublug, un planeta selvático a mucha distancia de mi hogar. Y yo no puedo hacer otra cosa que acudir a la llamada, cómo no iba a hacerlo. He de encontrar a Jana donde quiera que se encuentre. Jana en la lejanía. Jana en mi recuerdo. Jana, en las estrellas.