Rodrigo despierta en su departamento porteño de Villa Luro sin poder recordar lo sucedido la noche anterior. Sin embargo no solo su memoria parece afectada, sus amigos y su novia lo desconocen. Las únicas pistas con las que cuenta para descifrar el misterio que lo rodea son dos extrañas notas, que al parecer fueron escritas con su puño y letra. Poco a poco Rodrigo va adentrándose en un misterio cada vez mayor y hasta la misma realidad parece perder el sentido cuando le proponen convertirse en un viajero del tiempo.
Un extraño experimento, realizado en un laboratorio alejado de la ciudad será el detonante de una aventura extraordinaria, que llevará al héroe de esta novela a navegar por las aguas profundas e inexploradas del río del tiempo.