Laia es una española que vive en San Francisco y que ha visto cómo los avances tecnológicos arruinaban su carrera profesional. Es el año 2035 y la inteligencia artificial ya está presente en todos los aspectos de la vida cotidiana. Los coches autónomos han sustituido finalmente a los conductores, la realidad virtual ha eliminado la necesidad de profesores y robots de aspecto más o menos humano limpian nuestras casas o cuidan de nuestros hijos. Laia, traductora de profesión, no puede competir con un programa de software que traduce mejor que una persona y ahora, a punto de convertirse en madre, busca reorientar su vida sin saber bien hacia dónde.
Sin embargo, una serie de inquietantes accidentes provocados por androides desatarán el pánico. La sociedad comienza a desconfiar de las máquinas y Cariyax, una empresa estadounidense de biotecnología que ha conseguido clonar animales extintos como el dodo, aprovechará esta crisis para hacer negocio. Las siguientes especies que intentará resucitar no serán animales sino homínidos, concretamente neandertales y denisovanos destinados a ser vendidos como esclavos y hacer el trabajo que ya nadie quiere dejar en manos de robots.
Es en este momento cuando Laia conoce a Tessa, una joven embarazada como ella que guarda un importante secreto en su interior. Ambas forjarán una amistad inesperada en una sociedad convulsa, amenazada por el cambio climático y la difusión de nuevos virus, divida entre aquellos que abrazan la realidad virtual, la inteligencia artificial y la ingeniería genética y aquellos que preferirían volver a épocas pasadas.