Entre todos los héroes salvajes y brutales inventados por Robert E. Howard, el creador de Conan, para sus historias de espada y brujería, tal vez sea el rey picto Bran Mak Morn quien guarde una raíz histórica menos alejada de la fantasía.
Contribuye a ello la ascendencia escocesa-irlandesa de este autor impulsor de la fantasía heroica, que le llevó a empaparse de la resistencia que, al parecer, los guerreros pictos sostuvieron a finales del siglo III de la era cristiana contra las legiones de Roma, durante el cogobierno de los emperadores Diocleciano y Maximiano.
Pese a que este caudillo britano es consciente de que su pueblo avanza hacia su extinción, lidera una nación salvaje para detener el asesinato de niños y la violación de mujeres que dejan a su paso las águilas romanas.