El desharrapado sacerdote se dirigió hacia la mujer y la besó en la frente.
—¿No quieres dármelo, pequeña?
Ella negó con la cabeza, mientras mecía al rorro con suavidad. El padre se puso de rodillas, con la cabeza junto a su regazo.
—Reza, hija. Reza por ellos, que te condenan, y por mí, que no sé cómo ayudarte. No por ti.
El brazo del señor dio la orden, y los hombres tiraron. Conocían su oficio. Para cuando ataron la soga al tronco, la muchacha ya pataleaba con fuerza. El padre, sin acusar los puntapiés, alzaba sus brazos al regazo que aún sostenía al pequeño, dispuesto a recogerlo cuando por fin las fuerzas de la moribunda fallasen. Cuando por fin ella dejó de moverse, la orina caliente aún corriendo por sus blancas pantorrillas, tomó al bebé y lo llevó a su pecho.
Ni una sola vez, ni una sola, aquella mujer había intentado soltar al niño; ni una sola vez en su agonía lo había apretado con fuerza excesiva; tampoco lo soltó para intentar agarrar la cuerda y salvar su vida. Murió mirándolo.
—¿Vais a cuidarlo vos ahora, mi señor? ¿O lo va a hacer ese sepulcro blanqueado? —dijo el padre, señalando al obispo.
El mensaje que emitía aquel hombre, que a fuer de pobre no dejaba de ser un cura y por tanto alguien mejor que ellos, captó el interés de la plebe.
—¿No va nadie a decir nada? — continuó el padre1—- ¡Yo lo haré entonces! En este día de Nuestro Señor, tres de octubre de 2014, se ha cumplido la justicia del rey. Al César lo que es del César.
El gordo abad parecía a punto de una apoplejía. Con ojos de acero y rostro de hierro, el margrave se acercó al sacerdote, que levantó la cabeza, orgulloso. La mano del señor aferró el puño de su espada.
No llegó a usarla. Algo en los ojos del santón lo detuvo. Aflojando el puño, tomó su bolsa y dejó caer una pieza de plata a los pies del desharrapado que le hacía frente.
—A Dios lo que es de Dios, Padre. Dale de comer. No quiero verte más por aquí.
En la trasera de la multitud, una figura se escabulló. Si alguien se hubiera fijado en ella, la hubiera visto entrar en el callejón del herrero. Pero aunque hubiera esperado, no la hubiera visto abandonarlo, pese a no tener salida.
“Agente Ricardo Sánchez, ID: 4541, emitiendo su dictamen previo.
Mi experiencia en el Plano Cercano 322 es coherente con un desarrollo tecnológico similar al esperable en el Medievo Tardío, y no hay síntomas de una inminente Revolución Industrial. El patrón climático hallado coincide con lo esperado por las muestras tomadas en el Ártico; mantenimiento de un óptimo climático desde el siglo VII. Se evidencia una falta de conocimiento absoluta por parte de la población de una Pequeña Edad del Hielo o de una Gran Peste.
La presente misión apoyaría, por tanto, la hipótesis de una despoblación europea como posible motor de cambio en cuanto a desarrollo cultural. Los fenómenos sumados de las malas cosechas y la peste en nuestra propia historia pudieron permitir una falta de población que obligase a un mejor trato de los siervos y con el tiempo, la aparición de una clase burguesa y las primeras industrias“
Ricardo suspiró mientras pulsaba “enviar”. El informe salió, directo al buzón del Decano de Historia de la USC. Luego, levantándose, se dirigió a la cantina. Sentía que necesitaba un trago.
Mientras el sabor amargo del lúpulo llenaba su garganta, se preguntó como el ser humano podía ser tan hijo de puta.
“¿Y tú? ¿Qué hombre eres tú, que no hiciste nada?”
Los ojos enrojecidos de la mujer lo perseguían aun. Dio otro trago a su cerveza. ¿Qué podía haber hecho? No les permitían llevarse un Palo de Fuego, ni una Santa Granada, ni nada que se pareciera. Ni una maldita chaqueta a prueba de cortes, ni medicamentos. Ni siquiera una cámara. Nada que pudiera llamar la atención en el mundo visitado. Solo vacunas, formación y un buen chute de antibióticos antes de salir.
No podía haber hecho nada salvo morir ahorcado, no hubiera sido la primera baja laboral del Instituto de Planos Cercanos por ese motivo.
Dio otro trago a la cerveza. La barbarie y el atraso eran lo normal en su trabajo. Ninguno de los planos explorados había desarrollado una sociedad industrial. Cierto, no todos eran tan monstruosos como el que había abandonado. Pero en ninguno podría disfrutar de una bebida como aquella, embotellada en un recipiente perfecto, tan transparente como el cristal y tan fría como el hielo. Sonrió a la vitola de oro.
“Quién sabe”, se dijo, “Si no vivimos en el mejor de los mundos posibles”. Le parecía muy probable. En cualquier caso, nada podía ser peor que lo que acababa de ver.
— Valientes hijos de puta— oyó a su lado — Espero que los yankees los revienten a todos a bombazos— siguiendo la mirada del hombre, el historiador alzó su vista al televisor de plasma.
En la pantalla, diez hombres y mujeres morían de rodillas. Las modernas armas automáticas que empuñaban sus ejecutores, calzados con sandalias roñosas y vestidos con pobres chilabas, parecían anacrónicas en sus manos. Segundos después, la contrapartida; cadáveres de civiles abatidos por las bombas aliadas alinearon junto a una zanja. La inmediatez del horror transmitida por la magia de la cámara de un teléfono móvil.
Mientras la locutora de Al-Jazira procedía a desgranar los tímidos avances de peshmergas contra el Califato Islámico, Ricardo Sanchez apuró su cerveza y tomó la decisión de pedir algo más fuerte.
Manuel Moledo (1977) Nací en Serra de Outes, soy biólogo, vivo en La Coruña.
Mi primera publicación fue en la revista digital Másliteratura, con ocasión del I Concurso Literario de Relatos Cortos Steampunk y Retrofuturistas del 2011 en el cual quedé con el relato “El fin de la Inocencia” http://issuu.com/masliteratura/docs/revista-enero2012_virtual
Físicamente en Contos extraños, una publicación periódica en gallego de pulp, fantasía, terror y ci-fi, y en varias publicaciones online. En mi caso los relatos publicados fueron:
Volumen 2. "Xornada Fantástica".-"Solsticio de verán" (Cast. Solsticio de Verano, fantasía épica).
Volumen 3. "Vieiros de Mañá".-"O fin da inocencia" (Cast. El Fin de la Inocencia, Ucronía retrofuturista).
Volumen 4. "Nadal Impío".-"Bonecos de latón" (Cast. El Fin de la Inocencia, Ucronía retrofuturista).
Podéis saber algo más de Contos Extraños y Urco Editora aquí (el artículo está en castellano):
http://www.fantasymundo.com/articulos/4981/entrevista_contos_estranos_steam_pulp_da_galiza
También he participado en la publicación gallega de cuentos de corte oscuro relacionados con la infancia “Sombras no berce” (Cast. Sombras en la cuna). con el relato “A pesca do cangarexo” (Cast. La pesca del cangrego, suspense). Podéis descargar este recopiltorio de relatos gratuíta (y legalmente y con gusto de los autores) aquí:
http://www.4shared.com/office/THy0jrhH/sOmBrAs_no_bErcE.html
Actualmente colaboro en Tiempo de Héroes, una publicación de literatura 2.0 que esta dando bastante que hablar, con más de 150.000 páginas visitadas. Participo tanto con la saga del personaje Adam Berengario como en la de Marlín. Podéis visitar algunos de mis relatos (y de paso engancharos a la saga, que hay gente muy buena metida) aquí:
http://www.tiempo-de-heroes.com/2012/09/acto-2-capitulo-1-mdh-pastor-de-lobos.html
Con más razón teniendo en cuenta que también participa Juan Gonzalez Mesa, al que ya conocéis por haber publicado en esta web, entre otros buenos escritores.
Mis preferencias se decantan, por lo habitual, a la ci-fi. Es por ello que estoy dedicándome a este género concreto, lo que me llevó a ser preseleccionado (sin posterior fortuna) para el concurso de relatos de este año de Inspiraciencia por mi relato “Lenguaje Matemático” http://www.inspiraciencia.es/preseleccionats/35-relatos-en-espanol-seleccionados/relato-corto-adulto-espanol/745-lenguaje-matematico
Acabo de publicar mi primera novela, de hecho la que debe ser la primera novela en gallego de género Steampunk, “As Aventuras de Margaret White”, con la editorial Contos Extraños.