Cambridge, Massachusetts, a mediados de 1964
Y de pronto existió.
Aún estaba asustado por su propia existencia cuando notó una intensa necesidad de comer. Una fuerte punzada en su vientre indicó a su cerebro la necesidad de ingerir alimento y supo que sería capaz de reconocer la comida en cuanto la encontrase. Miró a su alrededor, nada le sorprendió. Al posar su vista en algún objeto, inmediatamente conocía su utilidad. Instintivamente comenzó a desplazarse, sin ninguna, vacilación sin ningún sobresalto. Se encaminó hacia el edificio grande y oscuro, supo que era La Fábrica. Había más seres, supo que aquellos individuos acababan de nacer al mismo tiempo que él. No volvió a mirar a sus compañeros de camada, no tenía curiosidad, ya lo sabía todo a cerca de ellos.
Seguía desplazándose y mostrándose receptivo al flujo de información que brotaba de lo más profundo de su mente. El saber lo breve que iba a ser su vida, le hizo olvidar por un rato sus ansias de comer, únicamente viviría dos periodos de tiempo y supo que eso no sería mucho.
Dentro de La Fábrica había muchos como él, y presintió que debía esperar. Sin previo aviso, notó como algo se comunicaba con su mente:
— Bienvenidos a La Fábrica. Sé que tenéis hambre, pero debéis prestar atención. Aquí en La Fábrica se elaboran alimentos, para ello necesitamos vuestra colaboración. Si pasáis un periodo de tiempo ayudando a producir comida, os corresponderá un porcentaje determinado de lo que produzcáis. Tal y como la comida se produzca, podréis saciar vuestro apetito con el porcentaje que os corresponde ...
Hacer comida no le resultó difícil. Arrancaba un trozo del grueso pilón de materia grisácea que tenía enfrente de si, lo mantenía fuertemente apretado entre sus extremidades y la materia grisácea se iba transformando en una sustancia esponjosa que desprendía un delicioso aroma. En el proceso de transformación de la materia, supo que aportaba algo más que calor; notaba que cada trozo de materia gris transformada en sustancia alimenticia, necesitaba de una aportación de él mismo, lo que le empobrecía a él como individuo y enriquecía a la materia grisácea y la convertía en alimento; un proceso que alienaba el ser vivo para enriquecer la materia muerta.
Sentía hambre. Cuando hubo fabricado el primer fragmento de alimento lo engulló. En aquel preciso instante volvió a sentir la misma sensación que a las puertas de La Fábrica y su mente se vio inundada con un nuevo comunicado:
— Está bien, sacia tu hambre, pues tú has fabricado la comida y a ti te corresponde una parte de ella. Ya debes haber notado que la producción requiere que una parte de ti se transfiera a la materia gris. Este proceso te imposibilitará poder seguir colaborando en la producción en el siguiente periodo de tiempo. Come lo que desees, pero recuerda que después podrás tener hambre. Si quieres, la cantidad de alimento que no ingieras, podrás dejarla en La Fábrica para que se convierta en la materia gris del siguiente periodo de tiempo. La Fábrica te ofrece a cambio, un porcentaje de la próxima producción de alimentos que genere tu aportación.
De nuevo su mente se vio inundada por nueva información y por una extraña habilidad para el cálculo. Supo cuánto alimento iba a fabricar, inmediatamente supo cuánto le correspondía. Debía dividirlo en dos partes; lo que iba a comer mientras colaboraba en la fabricación y lo que iba a prestar a La Fabrica. Para tomar esa decisión sabía que La Fábrica le devolvería su préstamo más un porcentaje de lo producido. Y tomó su decisión.
Una vez que la materia gris era convertida en alimento la iba agrupando en un primer pilón, de vez en cuando ingería el alimento producido y alguna vez que otra, lo apilaba en un segundo pilón: el montón que decidió prestar a La Fábrica y que sería su alimento en el siguiente periodo de tiempo. El primer pilón de alimentos iba desapareciendo constantemente.
Y llegó el momento; el montón de materia gris se había convertido en alimento. Supo que su aportación a la fabricación de alimentos había concluido. Inmediatamente sintió una nueva sensación, totalmente diferente a cualquiera de sus otras sensaciones. No pudo acabar de entenderlo, pues le urgía salir al exterior; fuera de la Fábrica.
En el exterior su situación no mejoró, la extraña sensación se convirtió en un agudo dolor que se le extendía por todo su cuerpo. Notaba como todo su cuerpo se dividía. De su tronco se empezaban a desarrollar varios grandes grumos que tomaban forma esférica, pero que seguían creciendo bajo su mirada. El intenso dolor se fue transformando en quemazón, mientras comenzaba a sentir la ebullición interior de los ahora grandes bultos de su tronco. Su mente comenzó a tener plena consciencia del resultado del proceso: se estaba reproduciendo. Cuando acabase aquel calvario existirían, varios nuevos jóvenes individuos. Un periodo de tiempo habría terminado; el sería un anciano con su función vital terminada, pues ya había colaborado de todas las formas posibles en la perpetuación de su especie: había comido para no morir, había colaborado en la producción de alimentos para poder alimentar a los descendientes y en el esfuerzo supremo y doloroso de su divisibilidad se había reproducido.
La comida le seguía fluyendo de su alrededor enviada por La Fábrica y tal como le llegaba la ingería. Su mente no le había vuelto a aportar nueva información desde el alumbramiento de su descendencia. Estaba abandonado a sus propios pensamientos. No podía dejarse de preguntar cual era el sentido de su existencia, sólo estaba allí fuera del negro edificio donde su descendencia se había encaminado nada más nacer, sin una mirada atrás, sin prestarle la más mínima atención a él, que le había dado la vida.
¿Por qué no obtenía de su mente omnisciente la respuesta?, ¿Era ese el premio de su existencia, un periodo de tiempo entero para su pensar?.
Siguió comiendo y pensando. Le parecía claro que lo importante era perpetuar la especie, pero seguía sin comprender qué interés había para mantener a los viejos en el segundo periodo de vida. Él, como individuo ya no podía aportar nada.
El fin se acercaba, lo podía notar. Su desgastado cuerpo lo presentía, su mente aún lúcida seguía trabajando en su paradoja existencial, la muerte le alcanzaría inmerso en sus reflexiones.
Y de pronto dejó de existir.
* * *
— Peter, deja lo que estés haciendo y baja a cenar!
— ¡Ahora bajo, cariño!
Volvió a mirar las hojas emborronadas de complejos cálculos matemáticos. Sí, era obvio que tras observar el signo del gradiente, el equilibrio estacionario era localmente estable. Por fin lo había conseguido; había desarrollado un modelo dinámico en tiempo discreto que capturaba comportamientos razonables, aunque eso sí, bastante estilizados, con las conclusiones correctas.
Apagó la luz y fue a cenar.
— ¿Qué es tan importante para dejar que la cena se enfríe?
— El modelo.
Lo miró con curiosidad y con un encogimiento de hombros mental le preguntó:
— ¿Has avanzado mucho?.
— Sí. De hecho creo que ya he resuelto los problemas. Dijo Peter, mientras se disponía a atacar el alimento (sospechosamente verde) de su plato.
Y mientras masticaba la comida, ella le preguntaba con la mirada. Tras beber del vaso de agua, lo dijo en palabras:
— Entonces, ¿los individuos de tu modelo siguen sin poder trabajar en el segundo periodo de vida?
— Pues sí, y así consigo que los individuos ahorren en el sentido de Franco en vez de hacerles ahorrar forzosamente como lo hizo Robert en su modelo. Si los individuos no se retirasen, podrían no ahorrar nada. Y si no hay ahorro no hay capital. Con trabajo pero sin capital no hay producción. Y sin producción que distribuir entre empresarios y trabajadores no hay problema económico.
NOTA :
La historia se desarrolla en el MIT (Massachusetts Institute of Tecnology) puesto que Peter, Franco y Robert coinciden como profesores del MIT.
Peter es por Peter Diamond. El modelo que desarrolla en el relato se conoce como el modelo de generaciones solapadas o sucesivas, por el hecho de que coexisten dos generaciones de individuos: jóvenes y viejos. El modelo tiene como precursores dos premios nóbeles en economía: el francés Maurice Allais y Paul Samuelson (uno de los más importantes economistas vivos).
Franco, por Franco Modigliani. Fue premio nóbel de Economía en 1985 por su teoría del ciclo vital. Teoría desarrollada junto a Richard Brumberg y Albert Ando. La teoría del ciclo vital indica que el ahorro que realizan los individuos es debido a que solo en una parte de su vida trabajan y en la otra están retirados; mientras que consumen durante toda la vida.
Robert es Robert Solow. Fue premio nóbel de Economía en 1987 por sus aportaciones a la teoría de crecimiento económico. En el modelo de Solow el ahorro es decidido exógenamente al individuo y es un porcentaje fijo de su renta.
by PacoMan
En 1968 nace en el barrio Bellavista de Les Franqueses del Vallès (Barcelona), pero reside en Málaga desde hace más de tres lustros.
Economista y de vocación docente, impartió en la Universitat Autònoma de Barcelona y en la Universidad de Málaga. Sigue impartiendo, para matar el gusanillo, en ESESA (Málaga) y en Vértice Business School (On-room).
Aficionado a la Ciencia Ficción de toda la vida y activo en el Fandom desde siempre, hace muchísimo tiempo que no escribe ficción. Muy de vez en cuando, sube post a su maltratado blog: http://bypacoman.blogspot.com.es
A veces, colabora en el blog de Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com.es