Se encontraban a 10000 km del Sol, orbitando en una plataforma construida mediante una tecnología inventada por los chinos en el año 2050 e implementada a partir del 2100, mediante la cual, con la aleación de 3 metales, sumado al uso de iones antigravitatorios, podían resistir el clima hostil de aquella estrella. Con esos materiales, los humanos habían fabricado además trajes espaciales con diseños audaces.
Los protagonistas de esta misión fueron los “astrochiflados”, entrenados especialmente por el veterano astronauta ruso Mijail Serguei Ivanov. Eran solo 50 tripulantes, quienes tenían como objetivo extraer de la estrella toda la energía necesaria con la cual abastecer las grandes ciudades de la Tierra.
Cada dos meses, una nave terrestre aterrizaba en la plataforma y se llevaba los depósitos de aquel combustible, al cual llamaron energylightfuture. Gracias a este en nuestro planeta dejarían de explotarse grandes yacimientos de petróleo casi extinguidos. Con solo una cápsula de 20 metros cúbicos, podía abastecerse de electricidad una ciudad como Nueva York. Diariamente se podían llenar 50 recipientes.
Los trajes que protegían a los astronautas a pesar de ser muy fuertes estaban a punto de derretirse, corrían el riesgo de incinerarse allí, cerca del Sol, el mismo que iluminaba a los actuales habitantes de la Tierra.
John, el jefe de la misión se comunicaba cada día con el Centro de Control Espacial:
─¿Alguien nos ayuda, por favor? ¡Esto es urgente! —Repetía a diario, mientras veía que la capa de sus trajes iba disminuyendo y corrían peligro de morir.
Un día ya sin esperanzas de sobrevivir y en medio de una tormenta solar más intensa de lo común, que convirtió al clima de la plataforma en demasiado inhóspito, John por fin escuchó una respuesta:
─En tres días salimos a buscarlos. Antes del 31 de diciembre llegamos adonde están y los salvaremos —Se cortó la comunicación sin despedirse.
─No sé si será tiempo suficiente porque el viaje de la Tierra hacia aquí dura 60 días, pero es una esperanza —gritó entre emocionado y triste a sus compañeros.
64 días después, a punto del infarto, John estaba casi asfixiado dentro del traje, ya casi ni oxígeno quedaba. Entonces, ve una pequeña silueta negra en la distancia.
─¡¡¡Viene la nave a buscarnos!!! ─gritan los otros desesperados al divisarla también.
Muy cerca de donde estaban y luego de que ya pudieron percibir la forma de la nave y sus luces, explota esta, ante el asombro y el espanto de todos.
* El relato aparece en el libro En un raro lugar y otras historias.