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3.1.2. (La pesadilla de Escher)

Keller, Juan

3. Desenlace: noviembre 2009.

Con diferencia de pocos minutos nacen por cesárea en la Ciudad Antigua los hermanos Enz y Ada. Tienen muy bajo peso. El nombre de los niños es lo único que alcanza a decir su madre, debilitada por una larga y penosa enfermedad. Fallecerá de un paro cardíaco a los pocos días con expresión feliz sin siquiera llegar a amamantarlos. El padre de las criaturas ha sucumbido de una infección generalizada ocho meses antes. Un análisis médico exhaustivo revela que con el transcurso del tiempo los recién nacidos desarrollarán la misma enfermedad hereditaria, degenerativa y mortal. Pero lo realmente inexplicable es que la niña tiene exactamente la misma estructura genética de su madre mientras que el varón comparte la totalidad de los genes con su padre.

 

1. Introducción: enero 1985.

Con diferencia de pocos días nacen en extremos opuestos del país Enz y Ada. La madre de Enz, una adolescente soltera y sin recursos, escapa del hospital abandonando al niño. Nunca volverá a verlo. Los padres de Ada están desesperados. Han encontrado en el sanatorio al responsable del infrecuente procedimiento que permitió a la mujer quedar embarazada, luce raramente rejuvenecido, ha fingido desconocerlos. Temen ser deportados o que la niña cargue consigo alguna patología extraña. La entregan en un orfanato, dan datos falsos de identidad y se alejan para siempre.

 

2. Desarrollo: febrero 1985 - febrero 2009.

Una enfermera toma a Enz. Lo lleva a su casa y convence a su esposo de quedarse con el niño. Va a remplazar al hijo propio que murió prematuramente. Son ancianos. Un amigo del hombre consigue inscribir a Enz como hijo del matrimonio. Lo hace a través de un representante y algún dinero.

Ada es olvidada en el orfanato. Uno de los empleados la vende a una mujer sola que se la lleva a la periferia de Antigua.

Los nuevos padres de Enz son temerosos como todos los viejos. Apenas dejan que el niño juegue fuera de la casa. No tiene amigos, los hijos de los vecinos no son adecuados para él. La casa es pequeña, una cárcel pobre de cuidados y miedo. Le enseñan a leer antes de empezar la escuela.

La madre adoptiva de Ada vive en una estancia. Es la institutriz de los hijos de una próspera familia. En ocasiones es amante del hombre. Pasa mucho tiempo con su niña que corre libre por los campos y retoza bajo el sol varias horas cada día.

Para Enz la escuela es demasiado fácil. Pero relacionarse con otros niños es casi imposible. Sus padres no aprueban a ninguno y casi nadie lo acepta como compañero de juegos. Por las mañanas va al cercano colegio con paso demasiado lento. Por las tardes vuelve corriendo al hogar y se encierra con sus libros.

Ada es instruida por su madre junto a los otros niños. No se interesa demasiado en las clases. Aprende lo justo y no se le exige más que eso.

Enz es sedentario y adopta el lento ritmo de vida de su anciana familia.

Ada es lozana y activa. Con diez años ya aventaja en cualquier deporte a los mellizos de doce.

Enz comienza a estudiar por su cuenta distintos idiomas. Tiene que comprender esos otros libros que ha conseguido. Su madre lo llena de protección y vitaminas. Su padre lo abriga en exceso y le habla de programas de televisión.

Ada empieza a salir de la estancia con frecuencia. Practica varios deportes en distinguidos equipos que la aceptan por intermediación del empleador de su madre.

Enz ya consigue leer, comprender y disfrutar todo cuanto llega a sus manos. No intenta conseguir amigos. No intenta ser admirado. Se conforma con lo que es y tiene.

Ada se acerca a la pubertad. Goza del respeto y la simpatía de muchas niñas.

En esta etapa tanto Enz como Ada son felices. Aunque de diferentes maneras.

Enz es sometido por su madre a periódicos controles médicos. Son análisis de rutina y revisiones poco profundas. Tiene sobrepeso y un acné incontrolable.

La esbelta Ada está totalmente integrada a un grupo de selectos adolescentes. Su futuro es prometedor. 

Enz comienza la escuela secundaria. Habla con sus padres para que lo dejen viajar solo al colegio. Aceptan de mal modo después de largas discusiones.

Ada brilla. Su actuación en distintas disciplinas físicas es descollante, su desempeño escolar es apenas aceptable.

Enz pierde peso, sufre de fiebre alta y una erupción en mejillas y fosas nasales. La enfermedad se agrava con el paso de los días y comienza a comprometer los pulmones. Una serie de análisis minuciosos concluye en un diagnóstico de Lupus Eritematoso Sistémico. Comienza a medicarse en forma periódica.

Nahuel, el mejor amigo de Ada, deja el país con su familia. Como despedida la inicia sexualmente.

Enz quiere creer que la enfermedad es algo que lo completa. Pretende ver al mal como el encargado de llenar su vacío. El ente que lo hará sentir vivo mientras lo mata. Íntimamente sabe que no podrá engañarse en forma permanente.

Ada comienza a alejarse de su madre quien ha iniciado un romance con un anciano viudo al que la joven no tolera.

Como una ordalía, Enz tiene su primera relación sexual en un prostíbulo cercano a su casa.

Ada es deseada por múltiples pretendientes. Dosifica sus favores entre varios de ellos.

Sucesivos inviernos se llevan a los padres de Enz. Se adapta a su independencia. Sube constantemente las dosis de corticoides con que se medica. Acude a distintos centros de salud públicos. No se siente abatido por completo.

Después de una discusión con su madre Ada escapa de casa. Vive una semana con un novio y luego regresa.

Enz se harta de las demoras y las miserias de los hospitales públicos. Consigue trabajo como traductor en una editorial y se muda a Ciudad Central. Gasta sus escasos ahorros y la magra herencia para seguir su tratamiento en una clínica privada.

Ada cambia dos veces de escuela. La nueva pareja de su madre solventa su falta de interés en el estudio.

Aunque afuera el cielo esté completamente blanco, es la blancura del techo la que parece natural. Las paredes de la habitación completan el ambiente de inmaculado y prístino cuidado soportando, a veces, complicados equipos médicos. El interior muestra una perfección que el mundo real no posee. Doctores y enfermeras son ángeles profesionales que atienden a Enz. Reposa en un lecho cómodo y limpio, es rodeado por palabras cordiales y frases tranquilizadoras. Es alimentado con amabilidad y píldoras son depositadas con delicadeza en su boca como drogas en sus venas. El universo completo es nieve (tiene su consistencia, su color, su belleza) y está diseñado cuidadosamente para aliviar, distraer, complacer. En definitiva, a engañar. Ya que no existe cura para su enfermedad, Enz vuelve a sentirse incompleto. Desesperadamente trata de entender.

Con dos años de atraso Ada concluye sus estudios secundarios.

Enz abandona su prisión de lujo. Alentado por una leve mejoría comienza la carrera de Letras en la Universidad.

Ada comienza a vivir con unas amigas.

La enfermedad consume los rasgos de Enz. Quema sus fotos.

Ada se enemista definitivamente con su madre quien espera un hijo de su nueva pareja.

Enz deja los estudios formales. Sufre de fotosensibilidad aguda y solo tolera salir de noche.

Ada se muda a Ciudad Central con la excusa de comenzar estudios universitarios.

Las horas de Enz transcurren en diferentes bibliotecas. El silencio, la penumbra y el tacto del papel lo tranquilizan.

En la gran ciudad Ada no estudia ni trabaja.

Enz comienza a escribir un diario. Apenas unas líneas cada día. Frases simples y en tiempo presente. Hoy pierdo un poco la movilidad de la mano izquierda y disfruto la lectura de Ecce Homo.

Ada recibe una última carta de su madre, dice que es adoptada. No siente interés por averiguar su verdadero origen.

Hastiado de posibilidades frustradas y desesperado por encontrar una salida, Enz comienza a visitar al Doctor Brion Patchet, un investigador de dudosos antecedentes que conoció en uno de los tantos hospitales por los que transitó.

Ada es mantenida por sus amantes y lleva una vida tan confortable como agitada.

Enz sigue sus actividades como un mandato mecánico que no puede eludir. Pierde toda esperanza.

Ada recibe una llamada anónima. Una voz masculina la llama por su nombre y le dice que sufre una enfermedad autoinmune crónica, deja un número de teléfono. Ada corta, la llamada no se repite pero ya no logra estar tranquila. Se realiza estudios médicos detallados que dan la razón al desconocido. Lo llama y fijan un encuentro en su consultorio.

Los efectos de corticoesteroides e inmunosupresores comienzan a ser nulos para Enz.

El Doctor Patchet se disculpa por inquietar a Ada. Ha encontrado sus datos en algún banco de datos genético y promete alivio. Le presenta a sus compañeros de sesiones: cuatro pacientes que pronto dejarán de asistir y Enz.

Enz ha dejado de reconocerse cuando ve a Ada por primera vez. La mujer tiene su misma edad, comparte su enfermedad y el lugar de tratamiento.

Los cambios realmente importantes ocurren con celeridad y profundidad. Ada siente que todo su pasado puede resumirse en escasas líneas carentes de contenido pero se siente incapaz de expresar siquiera con todas las palabras que conoce o imagina su estado de confusión actual.

Ver a Ada es como contemplar un espejo. Son las palabras que Enz ve cada vez que cierra sus débiles ojos.

Obnubilada por sus palabras y aterrada por el futuro, luego de un pico de promiscuidad Ada comienza a visitar asiduamente al Doctor Patchet y descarta otras posibilidades de medicación.

En esta etapa tanto Enz como Ada son infelices. Por una misma razón.

Enz se sorprende escribiendo en su diario “sobrevivir no es suficiente”.

Ada se sorprende mirando al poco atractivo Enz durante las sesiones con Patchet.

Diario de Enz: la vida no puede escribirse.

Ada cree ver algo en Enz. Nota su ausencia de pasado. Se siente identificada con su carencia (u ocultamiento) de recuerdos.

No creen ni caen en los convencionalismos del romance, sus sentimientos son más profundos.

La enfermedad comienza a atacar los riñones de Ada que debe medicarse en forma periódica. El dolor articular de Enz se vuelve intolerable.

Diario de Enz: a esta altura podríamos habernos dejado caer en las profundidades del vicio, sin embargo aceptamos la pureza de la rutina.

Ada deja de ver a sus amigos. Se resigna por su mal pero no encuentra consuelo para el sufrimiento de Enz.

El estado de Enz no cesa de empeorar. Prognosis negativa.

Brion Patchet menciona solución radical para darles una nueva vida. Dice haberlo hecho varias veces con anterioridad. Dos consigo mismo.

Ada y Enz no aspiran a la eternidad, aunque no niegan la posibilidad ni ignoran la belleza de repetirse.

Patchet afirma: la inmortalidad ha sido un sueño recurrente de la humanidad y es así, precisamente, como se puede alcanzar… en forma recurrente.

(Afiebrado). Somos imperfectos. Fuimos/seremos uno. Estamos enfermos. Estuvimos/estaremos compenetrados. La cura a nuestra actual enfermedad ha perdido relevancia. Enz alucina. Enz entiende todo. Hoy sé que existirá otro hoy.

Patchet recibe a Enz y Ada para su sesión habitual. Está borracho y acaricia una gata vieja. Con miedo, sus pacientes escuchan una especie de confesión. En uno de estos tratamientos procesé genéticamente la muestra de una paciente. A partir de ella conseguí sujetos varones y hembras: once seres en total. Los separé porque la mujer estaba muy débil. Tuve que implantar los embriones en otras portadoras. Lamentable, me hubiera gustado poder estudiar la reacción psicológica de un embarazo tan masivo. Cambié género y otras características (color de cabello, altura, peso) en los sujetos en forma creativa y caprichosa. No toqué el cromosoma 6 ni el gen RUNX-1, mejoras en calidad de vida son irrelevantes. Por lo que sé nacieron ocho monstruos, un idiota y una pareja de especímenes adecuados. No partí de la costilla de Adán sino del ADN de Eva. ¿Y la multiplicación de las almas? ¿Y el orden que deben tener las cosas? ¿Y el lugar donde debe estar el final? Mientras escucha, Ada se siente capaz de darlo todo por Enz.

Ada y Enz están muy preocupados por la precaria salud de Patchet. El médico ha comenzado a padecer delirium tremens. Confunde un futuro lejano que no puede conocer con lo que pasó hace apenas unos días atrás.

El comienzo es el final. El principio debe ser el fin. Enz delira y repite esas frases. Incesantemente.

A Ada le detectan una afección cardíaca incipiente.

Diario de Enz: vamos a repetirnos. Aunque no transitando el mismo círculo infinitas veces sino recorriendo sucesivas líneas que forman una circunferencia de radio perpetuo.

Ada sólo piensa en Enz creyendo que no piensa sólo en sí misma.

El amor de Enz es por completo seco. Los fluidos lo han abandonado, ya no produce lágrimas ni sudor ni semen. Apenas orina.

En esta fase Enz y Ada intentan volver a ser uno. Pueden significar lo mismo o carecer de sentido palabras como felicidad, aflicción, egoísmo, altruismo, unidad, pareja, lenguaje, silencio, masturbación, incesto, nacer, morir. Viven alejados del sol. Por las noches, con suprema alegría, caminan tambaleándose con las manos deformes entrelazadas. No necesitan ni albergan la más mínima carga de misticismo. Una esperanza enteramente material sostiene sus pasos. Hay un camino cierto y moral para escapar de su distopía. Queda la angustia como un leve ruido de fondo. Un ambiente habitual para Enz. Un espacio que Ada quiere conocer.

Asistido por un hijo adolescente de asombroso parecido, un desmejorado y cirrótico Patchet clona a Enz y Ada. Implanta los embriones en Ada. Enz agoniza. El embarazo va a acelerar el deterioro de la salud de la mujer y va a acercarla a la decadencia física del hombre. Tenuemente esperan que en los próximos años se halle una cura definitiva para su mal. Aún en el peor de los casos, de no mediar circunstancias imprevisibles, vivirán al menos una vida juntos. En el mejor, sucesivas vidas vía partenogénesis. Padres de sí mismos, superan la ilusión de la identidad y el ego. No condenan nuevos seres al tormento de existir.

La eternidad no es más que un continuo presente. Como estas palabras. [1]

 

 

 

[1] En la actualidad el LES no tiene un certero diagnóstico precoz, sin embargo, una detección temprana ayuda al relato. Para ser coherente con el avance de la genética, el cuento debió situarse diez o quince años en el futuro, por motivos completamente irracionales decidí fecharlo como consta aquí.