Para quien no lo recuerde, Pohl es el máximo representante de la ciencia-ficción sociológica contemporánea, el autor (en colaboración con el malogrado Cyril KornBluth) de la involvidable Mercaderes del Espacio y, más recientemente, de obras como Homo Plus y Pórtico. Una de las características de Pohl es la de escribir a menudo una ciencia-ficción tan directamente entroncada con las circunstancias actuales y situada en un futuro tan inmediato, que a menudo uno se olvida de que está leyendo una extrapolación y se siente más bien inmerso en una novela de costumbres. Basándose en el tópico (pero no por tópico menos cierto) de que "el futuro ya está aquí", Pohl consigue crear situaciones especialmente inquietantes porque, a cada paso, uno se pregunta si aquello que parece extrapolación no estará ocurriendo ya a la vuelta de la esquina. El "Marte enmascarado" de una de las novelas presentes no es el planeta, como cabría imaginar al tratarse de una narración de ciencia-ficción (a Pohl le encanta usar el equívoco como camino hacia la sorpresa), sino el dios grecolatino de la guerra, y su máscara es tan sutil y verosímil, que al acabar el relato no se puede evitar un estremecimiento de paranoia. Pues la tesis implícita en Mars Masked es que entre una guerra abierta que sería demasiado devastadora para todos, y una guerra fría insuficiente para lograr determinados objetivos, las grandes potencias podrían desarrollar (o estar desarrollando ya) toda una red de pequeñas y solapadas agresiones a gran escala para minar los recursos y las fuerzas de sus adversarios. En resumen, que el arma definitiva tal vez no sea la bomba de neutrones, ni el satélite asesino en órbita geoestacionaria, sino la tradicional zancadilla.