Kayle es un niño de siete años que nunca se ha sentido demasiado bien consigo mismo.
Cuando conoce a Quolo, un chico quilltrans que ha emigrado con su familia a la Tierra después del exilio de su especie desde su planeta natal, Kayle descubre cómo viven, crecen y la curiosa forma de morir de estos seres.
Parece que es con lo que siempre se ha sentido identificado, lo que siempre ha sabido, pero que no sabía explicar.
Una fábula sobre las diferencias, la otredad y las dificultades que tenemos los humanos para encararlas.
«Kay le quiere ser algo que no es, pero que sí es, puesto que lo desea tanto. Su afán se muestra capaz de romper no solo los límites de la naturaleza, que, en realidad, no conocemos, sino otras fronteras más fortificadas, las de los prejuicios humanos hacia lo diferente. Él sueña un sueño que parece imposible. Pero nada debe darse por imposible antes de intentarlo». -Lola Robles