Después de dos siglos. El ruido iba haciéndose cada vez más intenso, acercándose más y más, aumentando de grado y dilatándose en volúmen. Luego, el artefacto que lo producía atravesó las nubes, enorme y negro. Maravillosamente destructiva, la nave de los Gern acababa de descubrirles y se acercaba para terminar con ellos.
Humbolt entró en el pilotaje contento y feliz. Durante doscientos años su pueblo había estado esperando la oportunidad de combatir con el poderoso Imperio Gern.
¡Condenados a muerte! Por una aplastante gravedad, aire enrarecido y unos inviernos de un frío jamás imaginado. Veranos agotadores bajo dos soles.
Esto era Ragnarok, el planeta más horripilante hasta entonces descubierto. Y Ragnarok era donde un millar de inexpertos terrestres, junto con mujeres y niños, habían sido abandonados por un sádico enemigo.