En un laboratorio en el desierto de Nevada, un grupo de científicos ha conseguido crear microrrobots. Son nanopartículas que, juntas, forman una nube, un enjambre que ya no saben cómo controlar. Y han logrado escaparse. Esta nube es autónoma, se autorreproduce y aprende de la experiencia. La programaron para ser una depredadora, y así es como actúa. Cada hora que pasa es más inteligente y más letal. Todos los intentos por destruirla han fracasado. Ahora nosotros somos su presa