La segunda novela de Iain Banks es un laberinto. O quizá una partida de ajedrez. Posiblemente ambas cosas.Pasos sobre cristal se va desarrollando en tres frentes paralelos. Los dos primeros en el Londres contemporáneo. El tercero en un escenario que parece una especie de desquiciada fantasía fruto de una imposible colaboración narrativa entre Lewis Carroll y Jorge Luis Borges y que con el tiempo (y siempre que aceptemos lo que allí ocurre como real) deriva en un escenario de pura ciencia-ficción.