Las redes sociales e internet han operado enormes cambios en nuestra sociedad, en el modo de relacionarnos y de proyectarnos en ella. El protagonista de esta novela gestiona la reputación online de políticos y empresarios y está casado con Iratxe, una cantante de éxito salida de la academia de OT. Sin embargo, hay algo indefinido que estorba su felicidad. Un día, en el perfil de Twitter de su mujer, alguien deja un comentario que contiene un extraño fragmento de código. Así hace aparición en su vida Max, un biólogo fascinado con la teoría de la Gran Singularidad, un hombre aquejado de una extraña enfermedad que le impide parpadear, un hombre condenado, por tanto, a ver de manera ininterrumpida. Max actúa como profeta de un mundo por venir. De su mano, el protagonista accede a una nueva visión de la realidad donde los cuerpos resultan obsoletos y el sexo un sucedáneo insatisfactorio del tacto de los dispositivos, del intercambio de información. ¿Puede deparar la aceleración del yo a través de las redes un placer hasta ahora inédito y, por tanto, una mutación de la libido? ¿Hasta qué punto nuestros avatares virtuales pueden sustituirnos en el afecto de los demás, incluida nuestra pareja? Omega plantea esta y otras cuestiones, dilemas acuciantes que tienen mucho que ver con el tiempo en el que vivimos.