A pesar de haber sobrevivido a una infancia llena de brutalidad en Mississippi, Charlie Ovid no tiene ni una cicatriz. Su cuerpo se cura a sí mismo, lo quiera o no. Marlowe, un expósito de un vagón de mercancías, brilla con una extraña luz azulada. Puede derretir o reparar la carne. Cuando Alice Quicke, una detective cansada con un pasado problemático, es reclutada para escoltarlos a un lugar seguro, los tres comienzan un viaje hacia la naturaleza de la diferencia y la pertenencia, y los bordes sombríos de lo monstruoso.
Lo que sigue es una historia de asombro y traición. Desde las calles iluminadas con gas de Londres y los teatros de madera del Tokyo de la era Meiji, hasta llegar a una fantasmagórica propiedad en las afueras de Edimburgo, donde otros niños con dones, como Komako, una niña bruja o Ribs, una chica que se cubre de invisibilidad, se ven obligados a combatir las fuerzas que amenazan su seguridad.
Allí, el mundo de los muertos y el mundo de los vivos amenazan con chocar. Con esta nueva familia, Komako, Marlowe, Charlie, Ribs y el resto de los Talentos descubren la verdad sobre sus habilidades. Y a medida que se revelan los secretos, surge una nueva pregunta: ¿Qué define verdaderamente a un monstruo?
Fascinante en su alcance, exquisitamente escrito, Ordinary Monsters presenta una visión catastrófica del mundo victoriano y de los niños superdotados y destrozados que deben salvarlo.