Debut vertiginoso y alucinado de Lucila Grossman, una obra siempre al límite que atraviesa el cyberpunk y la ciencia ficción trash, con ecos pesadillescos de David Cronemberg, Philip K. Dick y David Lynch, para narrar la historia de una joven protagonista de vida caótica que se considera a sí misma la Virgen María del siglo XXI después de haber quedado embarazada y dado a luz —todo en menos de 24 horas tras una noche de alcohol y drogas— a un ser monstruoso con el que se comunica a través de una aplicación descargada sin previo aviso en su teléfono móvil.
Mapas terminales es un viaje fascinante y psicodélico, narrado a puro ritmo de Internet e hipervínculos, lleno de aliens telepáticos, alucinaciones grotescas y obsesiones laberínticas, acerca de la imposibilidad de conectar realmente con ningún otro ser humano en el que supuestamente es el mundo más conectado de la historia.