Link Denham había pasado la mayor parte de su vida de adulto tratando de eludir el aburrimiento. Pero, a veces, puede que la aventura sea excesiva para un hombre. Una mañana Link despertó luchando contra una fuerte resaca, para hallarse en un ruinoso navío espacial, con un extraño hombrecillo, llamado Thistlethwaite. Parecía ser que se dirigían a un planeta inexplorado para recoger inexplicables riquezas. El último navío que intentó aterrizar en Sord III, en una escala imprevista, recibió el aviso de que no lo hiciese o sería destruido. Y Link estuvo a, punto de encontrarse con una rara bienvenida. Primero, estaban aquellos animales rosados y cerdunos, que hablaban con un estilo sarcástico sorprendentemente humano. Pero la segunda mitad del comité de recepción era mucho más formidable.