Cuando Goethe publica Las desventuras del joven Werther, la llamada fiebre de Werther se extiende por Alemania, y casi dos mil lectores acaban suicidándose por amor. Goethe no dejaría de preguntarse por su responsabilidad en estas muertes, consciente de que toda decisión tiene consecuencias -muchas veces imprevisibles-, y de que a menudo el dilema se reduce a morir o matar. Algo semejante descubrirán los protagonistas de esta novela: viven en diferentes países, pero se reúnen en la Plaza, un espacio virtual de arquitectura imposible y edificios cambiantes donde se hace y deshace cualquier conflicto. Y tratarán de jugar a un juego que les permita reencontrarse en el mundo real... Los alemanes se vuelan la cabeza por amor es una novela sobre una nueva forma de existencia -propiciada por internet y las redes sociales- donde la sensación de impunidad y ficción no evita que, tarde o temprano, regresemos a la realidad, ese espacio donde se incuban y gestan los amores o las revoluciones que luego sacudirán nuestras vidas. Pero inevitablemente también es una narración sobre el deseo, el desencanto, el espíritu de lucha, el maltrato, los sueños, el amor o el masoquismo: es decir, sobre todo aquello que nos convierte en seres humanos.