El segundo tomo, se abre con un prólogo escrito por Alberto López Aroca, del que extraemos los siguientes párrafos:
(…) El autor del presente volumen es un individuo francamente extraño, porque se trata de dos personas distintas con la misma apariencia y edad, y que a todos los efectos, resultan indistinguibles. Una de esas personas es Reinaldo Manso, sherlockiano recalcitrante. El otro es Luis R. González, ufólogo escéptico, y por tanto, también recalcitrante.
(…) Al tiempo que la persona Reinaldo Manso se recrea en jugar a que Holmes, Watson, Moriarty, el 221b de Baker Street y otros muchos elementos del Canon son hechos históricos, la persona Luis R. González es un ufólogo que no cree en los OVNIs, ni en los marcianos, ni en las abducciones. Ese escepticismo meticuloso (casi puntilloso) se ve reflejado todo el tiempo en los pastiches de Manso, donde recrea las contradicciones, erratas y errores del Canon Holmesiano, en busca de explicaciones “lógicas” que resuelvan algunos de esos problemas (…) Y para ello, el autor no tiene ningún empacho en recurrir a la mitología creativa más descabellada: por sus pastiches desfilan las primigenias versiones de Holmes y Watson de A Tangled Skein, el profesor Challenger, el Hombre de Vapor de las Praderas, el abuelo de James Bond, y otros muchos personajes, reales o imaginarios. (Y marcianos. Ahí está la mano del ufólogo y lector de Wells, que antes de escéptico hubo de ser creyente).
Los seis relatos del volumen 2 se titulan:
+ El caso del caballo asesino.
+ El inicio del problema final (a lo Wells).
+ Microrrelato del vampiro holmesiano.
+ El caso de la heredera americana.
+ El misterio de la casa demasiado habitada (viaje temporal).
+ El caso de los nueve hígados (guiño a Lovecraft).
La cubierta a todo color y las ilustraciones interiores en blanco y negro han sido realizadas por Manuel Mota.