Ella es la Gran Reina, la mano férrea que subyuga a cada uno de los Nueve Señoríos. Su corte es el centro del mundo. Su sabiduría es legendaria y su justicia, implacable. Hubo un tiempo en que marchaba a la batalla a lomos de su caballo, recorriendo los campos bañados de sangre con el sol reflejado en la piel tersa de la juventud. Altiva. Magnífica. Con su cota de malla y la espada en alto, refulgiendo con el sol. Una visión que hacía que los soldados enemigos se encogieran al verla pasar.
Pero ahora… A veces no consigue recordar su nombre. A veces se olvida de que es la reina. Y todo el mundo parece mirar con nuevos ojos la corona que luce sobre su regia cabeza.