La Reina del Aire y la Oscuridad (ganadora de los Premios Hugo, Nébula y Locus a la mejor novela corta en 1972) es una historia de descubrimiento sólidamente construida, con un misterio bien explicitado que se va revelando con un ritmo muy medido y que juega con una idea jungiana que uno no esperaría encontrar en este autor, encasillado en la vertiente más tecnofílica de la ciencia ficción. Eso sí, fiel a su estilo pone sus ideas en las manos de sendos personajes arquetípicos, especialmente el detective omnisciente que todo lo sabe y que incluso le resulta risible al propio autor, haciéndonos un guiño desde sus últimas palabras para que disculpemos su forma de actuar durante toda la trama.