A sus doce años, Aroa no tiene ni un solo amigo en la escuela. Antes, cuando vivía en la ciudad, todo iba bien, pero todo se estropeó cuando su padre decidió llevarla a vivir al pueblo, año y medio atrás. Un buen día, entre burla y burla, sus compañeros de clase le hablan de la casa de la bruja: una vivienda abandonada en el bosque en la que, según la leyenda, vivió una hechicera hace muchos años, una mujer extraña que acabó siendo quemada viva.
Aroa siente el aguijón de la curiosidad. ¿Existe esa casa? ¿Está realmente abandonada? Lo que descubrirá en medio de sus pesquisas no solo le hará cambiar su visión de la realidad, sino sobre todo el pueblo, sobre su familia y, por encima de todo, sobre ella misma.