Ilmar es una ciudad a punto de estallar. El férreo control paliseño asfixia a sus habitantes tanto como el submundo criminal, los propietarios de las factorías, la pobreza de sus arrabales y la carga de una antigua maldición. ¿Cuál será la chispa que hará que todo salte por los aires?
Ladrones, conspiradores, revolucionarios, fraternidades de obreros y nobles resentidos. Todos juegan sus fichas en el tablero de la ciudad. Pero, el catalizador será, como siempre, la Forestáncora, ese oscuro bosquecillo, ese vestigio primigenio, ese portal que se abre, cuando hay luna llena, a costas extrañas y lejanas.
Ilmar, dicen algunos, es el peor lugar del mundo y la puerta a mil sitios peores. Bienvenidos a Ilmar, el puerto a ninguna parte. La ciudad de las malas decisiones. La ciudad de las últimas oportunidades.