Nadie ha sido capaz de entender a la criatura aún. Una de las tripulantes lo intenta sumergiéndose en sus recuerdos. La otra, a través del silencio.
La gente dice que el planeta Ypsilon es un reflejo del futuro inminente de la Tierra, pues ambos se encuentran al borde del colapso climático. El día que todos los siderales desaparecen de Ypsilon, las hipótesis se disparan. Algunas apuntan a una extinción fulminante; otras defienden un gran éxodo a otro planeta. Aferradas a esta esperanza, un grupo de fugitivas huye de la Tierra llevando consigo a uno de los últimos siderales capturados. Las acompaña la doctora Eiras, la única neurobióloga que ha sido capaz de realizar con éxito una intermnemosis, un método puntero de transferencia molecular de recuerdos. El objetivo es claro: transferir las memorias del espécimen a la mecánica aeroespacial Darsha, para así averiguar de primera mano cómo logró salvarse su especie.
Mientras Darsha bucea en los caóticos recuerdos del sideral, Veda, una piloto que perdió el habla, se encarga de cuidar a la criatura. Poco a poco, ambas se acostumbran a su mutua presencia y empiezan a conectar al concebir una lengua silenciosa que solo ellas entienden. Las tensiones crecen en la tripulación. Algo está cambiando en la mente de Darsha, algo que brota de sus nuevas sinapsis y que despierta un ansia visceral en la criatura, uniéndolas al borde de un abismo sin regreso. No les queda mucho tiempo.