Esta novela de Simak, que apareció originalmente en la revista Astounding Stories en 1939, presenta al menos tres particularidades notables. Es una de las primeras space operas que añadieron a la dimensión cósmica una amplitud y un significado metafísico. Fue, para el mismo Simak, ocasión de un giro en su carrera como escritor, el momento en que pasó de ser un escritor de historias técnicas bastante mates a unas obras que expresaban interrogantes sobre el hombre y sobre el mundo. Es, por último, una de las pocas novelas de ciencia ficción cuyo héroe, en el sentido más amplio del término, es una mujer. En este libro, como ocurre con una multitud de obras donde la heroína no aparece, todo queda bien compensado, pues la mujer no es una generadora de problemas, quizá una sembradora de discordia siempre dispuesta a dejarse raptar con un espléndido alarido por el primer monstruo que aparezca y que está destinada a suscitar inextricables embrollos que solo puede cortar el hombre, como hizo Alejandro con el nudo gordiano. [...]

Escrita en el estilo abrupto y sin afectación de las space operas de su tiempo, sin preocuparse en exceso de la verosimilitud [que nadie intente aprender algo de ciencia leyendo esta obra] y con un ritmo infernal de saltos imprevisibles, esta novela da testimonio de la fertilidad extraordinaria de la imaginación de nuestro autor más que de su habilidad literaria. Será plagiado abundantemente por sus numerosos admiradores de aquella época. En su conclusión, anuncia la posición de Simak en cuanto al porvenir de la humanidad, algo entre el pesimismo y el optimismo.

Space Opera