La vida de Rodrigo Díaz de Vivar, un caballero desterrado, está a punto de cambiar radicalmente por una ascensión inesperada al mundo ultraterreno que se produce el mismo día en que abandona Manzora, y que tendrá graves y extravagantes consecuencias.
Mientras tanto, Urraca I, recién asentada en su trono, tendrá que lidiar con varios entuertos bélicos, ya que las emiras de las taifas andalusíes, Zulay al-Mutawakkil, Itimad Rumaikyya y Abd Allah ben Buluggin, junto a Haifa I ben Tasufín, no se han tomado del todo bien que esta decidiera invadir la taifa de Toledo para anexionarlo a su imperio.
Todo ello en el seno de un conjunto de pueblos variopintos, con sus entresijos, sus ambiciones desmedidas, su arte imperecedero, su ciencia en ebullición, un elenco de vírgenes con opiniones, algún que otro melocotonero, una supuesta nigromante y un sinfín de QUÉs y CÓMOs entrecruzados en una pelotera de palabras que constituyen el auténtico y verdadero relato de la biografía de Rodrigo Díaz, que a lo mejor no era ni de Vivar, después de todo.