«Si pudieras recordar algo, debería ser esto: estamos destruyendo el mundo para salvarlo».
En 1995, la secta Aum Shinrikyō (la Verdad Suprema) atentó con gas sarín en el metro de Tokio. Los seguidores de este culto apocalíptico liderado por el gurú Shoko Asahara se habían impuesto la misión de erigirse como salvadores de la humanidad después de provocar el fin del mundo. Esta es su historia.
Gasgurú es tanto una novela histórica como una obra de ciencia ficción. Mauricio Loza nos narra, por un lado, el recorrido real de la secta, y, en paralelo, una realidad alternativa en la que los delirios de Asahara llegaron a «buen» puerto.