Vonnegut carga las tintas sobre la estupidez humana, capaz, sin mayores complicaciones y sin el auxilio de ingenios bélicos, de acabar con la sociedad y todo aquello que se interponga. En esencia, describe cómo una crisis económica mundial, unida a una epidemia sin síntomas evidentes, pero que provoca la muerte prematura de los óvulos, derrumba en primer lugar el entramado político y social, y poco tiempo después (en términos geológicos) acaba con parte de la humanidad.