El lector de Fuck Data desconocerá a qué escritor está leyendo como desconocerá todo aquello que se le oculta al protagonista a lo largo de la lectura, pero le aseguramos que al final, como le ocurrirá al propio Max Power, acabará sabiendo todo lo que se le ha ido ocultando. Por ello le recomendamos que no hojee lo que tiene por delante, y sobre todo, que no abra la última página hasta que llegue a ella. Incluso que, una vez allí, no se vea tentado de echar un vistazo furtivo a la última línea. En esta novela Max Power sigue los pasos de su padre, un profesor que imparte clases de fundamentos poéticos en un taller literario de Badajoz y que decide abandonar a su familia y su país para unirse a la organización ciberterrorista Fuck Data, responsable del reciente apagón de la Red. Reclutado en un lugar secreto del Japón rural junto a miles de hackers llegados de todo el mundo, el padre de Max tendrá en la organización un cometido muy concreto como avezado humanista: entrenar a un humanoide hecho de silicio y líquido refrigerante que, tras un trasvase de ARN, ha conseguido integrar en su interior un ello humano. Para que de su base cortical consiga nacer el yo y el superyó, las otras dos instancias del aparato psíquico freudiano que acabarán conformando su identidad, el padre de Max se pondrá al frente del proyecto Solaris, desde el que tratará de dar vida a la primera persona artificial de la historia.