Todo comenzó con un experimento Jude, un joven periodista y escritor afincado en Nueva York, debe cubrir el reportaje del levantamiento de un cadáver mutilado, sin rostro ni huellas dactilares, que ha aparecido en extrañas circunstancias. Poco después, Jude se entera de que el ADN de la víctima coincide plenamente con el de un joven juez que goza de perfecta salud. El caso despierta su interés y Jude se pone en contacto con la joven doctora Tizzie, una gran experta en el tema de los gemelos. Jude se da cuenta de que unos misteriosos hombres con un mechón cano empiezan a perseguirlo sin ningún disimulo. Hasta que un día, al regresar a casa, se encuentra con un fugitivo y ambos comprueban, aterrados, que poseen el mismo rostro. El extraño, que dice llamarse Skyller, le explica que ha conseguido huir de una secreta colonia de científicos en la que rigen sus propias leyes, valores y complejas normas de existencia. Poseedores de la más avanzada tecnología y de inmensos conocimientos sobre el ADN, sus dirigentes mantienen bajo estricto control a sus cobayas humanos y los ocultan del mundo exterior. Con la ayuda de la doctora Tizzie, Jude y Skyller descubren que son los supervivientes de un experimento en el que intervinieron los propios padres de Jude y Tizzie, guiados por el revolucionario doctor Rincon, y poco a poco irán estrechando el cerco que los conducirá a una conspiración que afecta de pleno a la propia estructura del poder de Norteamérica. Con una intriga rica y bien construida, una precisión afiligranada y un estilo que alterna con elegancia entre el drama y la burla mordaz, El experimento se convierte en una lectura absorbente.