Bellona: la ciudad donde todo puede ocurrir, donde los edificios que ayer ardían hoy parecen intactos, donde el cielo puede verse poblado por dos lunas o por un sol gigantesco, donde todo es relativo y sin embargo absoluto. Donde una familia los Richards puede seguir fingiendo que vive una vida normal como si nada hubiera ocurrido a su alrededor, y donde los grupos de jóvenes marginales los escropiones pueden revivir viejos mitos tribales tranformándose por la noche en luminosas bestias míticas para merodear por la calles. Y, mientras tanto, la ciudad sigue viviendo su propia vida, a su propio ritmo, a su alrededor.