La cronólisis es inquietante. Es incluso peligrosa. Principalmente para un hombre de 1966 que se sumerge, sin quererlo siquiera, en el Tiempo Incierto, allí donde nada es real ni coherente. Y cuando empiezan a surgir las fisuras en el futuro de las posibilidades, cuando aparece el imperio fantasma de Harry Krupp Hitler 1, emperador de lo Indeterminado, cuando uno no puede esperar más que la ayuda y las indicaciones de los fords de Garichankar y su equipo de cronautas... en un tiempo en que la cronolítica aún no ha sido inventada, cuando la realidad cotidiana se desdobla y se contradice... ¿dónde se encuentran la verdad y la razón? ¿En la mente de Daniel Diersant, psicronauta involuntario? ¿En las argumentaciones del doctor Hoizach, venido de un lejano futuro? ¿O tal vez en el lejano paraíso ídílico de la Perte en Ruaba y la personalidad de Renato, el marino de la mano mutilada? Obtuvo el premio a la mejor novela francesa de ciencia ficción en 1974.