En la Venecia del Renacimiento un extraño personaje aborda a Galileo y le facilita información clave para que desarrolle sus inventos.
En 1609, un extraño aborda a Galileo en las calles de Venecia y le habla de la existencia de un aparato para ver más de cerca las cosas lejanas. A partir de esa información, Galileo redescubre y mejora el telescopio, iniciando así sus observaciones astronómicas que le llevarían a la confirmación de la 'hipótesis' copernicana y le conducirían al juicio por herejía. Algún tiempo después el extranjero vuelve a aparecer en la vida de Galileo, esta vez para conducirlo a Europa, la segunda luna de Júpiter, en un futuro lejano donde se requiere su presencia para mediar entre varias facciones.