Jude debe mantener a su hermano a salvo, y para ello se ha unido al rey malvado, Cardan, y se ha convertido en quien maneja realmente el poder de la corona. Navegar en un mar de traiciones políticas constantes ya es lo bastante complicado, pero Cardan es, encima, terriblemente difícil de controlar. Hace todo lo que puede para minar a Jude, aunque su fascinación por ella permanece intacta.
Cuando es evidente que alguien cercano a Jude planea traicionarla, lo que no solo pondrá en peligro su vida sino la de aquellos a los que más quiere, Jude deberá descubrir al traidor, luchar contra sus complejos sentimientos hacia Cardan y mantener el control de Faerie pese a ser mortal.