Richard Grey sólo desea regresar a la normalidad. Ha pasado cuatro meses en un hospital de South Devon, recuperándose de las heridas que le causó la explosión de un coche bomba en una calle de Londres. Sometido durante semanas a analgésicos, operaciones, y una agónica convalecencia, no alcanza a recordar qué ocurrió justo antes del accidente. Un día lo visita una mujer, Susan Kewly que despierta en Grey la necesidad de recordar. Han sido amantes, pero él no la reconoce. Los médicos hablan de amnesia retroactiva y le explican como un deseo inconsciente de ocultar recuerdos desdichados. Grey quiere ver a Susan Kewly como quizá la vio algún día, y al fin cree recordar que la ha acompañado en un viaje al sur de Francia, aunque esto al fin parece ser una ilusión retrospectiva, así como la presencia, constante e invisible de Niall, un ex novio de Susan... En realidad Niall es siempre invisible, en Francia y en Londres, pues escapa de algún modo a la atención de la gente, como Susan, y también como Grey, aunque éste niega reconocerlo. Todos ellos tienen glamour, la capacidad de nublar la mente de la gente normal y hacerse invisibles, provocando escenas de una insólita ambigüedad, inquietantes, a veces terroríficas.