A la llegada de Valera al Sistema Solar, doscientos años atrás, los insurrectos Balmer, temiendo el castigo de las autoridades terrestres, habían dado un golpe de estado derrocando el gobierno legítimo y constituyendo una férrea dictadura convertida en el imperio Balmer. En tales circunstancias, la captura del joven Aznar equivaldría a una sentencia de muerte.Ante esta comprometida situación las opiniones se dividen. Algunos, como el propio José Luis Balmer, estiman que lo más sensato es la rendición, sacrificando a su cuñado a cambio de salvar las vidas del resto. Miguel Ángel Aznar, por el contrario, es partidario de plantar cara, confiando en que el revolucionario invento del profesor Valdivia, las armas miniaturizadas, sea desconocido por sus enemigos.