Adra es una chica con problemas. Caza monstruos para ganarse la vida: vende su sangre y órganos a alquimistas y tecnomantes, pero apenas le da para un cuartucho en el bastión Testamento. Por ahora sus únicos aliados son Winston, su galgo negro; Décima, una mercenaria a la que detesta y Jezek, su proveedor y casero. La mayor preocupación de Adra es sobrevivir en un mundo agonizante, un lugar que antaño fue nuestra Tierra y que ahora es un cúmulo de sinsentido mágico, atrapado bajo la influencia de los temibles leviatanes y toda su corte de engendros.
Y entonces Adra encuentra unas instalaciones subterráneas que esconden secretos terribles y descubre que sus problemas no han hecho más que empezar.